La verdad como motor del éxito

Por el noviembre 3, 2017

Uno de los objetivos del enfoque de la metodología de The Human Element es entender la lógica del comportamiento de las personas y como afecta a sus relaciones, aunque en muchos casos las reacciones de las personas parezca que no siguen ninguna lógica.

Tenemos multitud de conversaciones internas que provocan una cantidad no menor de sentimientos, que en algunos casos contradicen lo que pensamos que define nuestro comportamiento, por tanto, no estaría de más tener herramientas que nos ayudaran a que muchos de los aspectos escondidos en nuestro inconsciente se volvieran conscientes, ya que nos aportarían una información de gran valor para poder comprendernos mejor y comprender a los demás, lo que sin duda contribuiría a que entendiéramos algo mejor la lógica del comportamiento de las personas y por extensión incrementaríamos el éxito en nuestras relaciones.

¿Me gusta vivir en un mundo donde todos estamos en nuestra zona de confort?

Planteemos un escenario en el que trabajamos sobre las bases personales que nos provocan determinados sentimientos y comportamientos, nuestra verdad, sabiendo que esas bases no son sólo personales, sino que en muchos casos son las mismas que las de las personas de nuestro entorno más cercano, en entornos profesionales normalmente lo llamamos nuestro equipo, tal vez así comprenderemos que el conocimiento de la lógica del comportamiento humano puede ayudarnos a conseguir el éxito en nuestras relaciones con los demás.

Este escenario de trabajo nos ofrece la posibilidad de conocer todo lo que nos oculta la “otra cara de la luna” en lo relativo al trabajo en equipo, aunque este ejercicio supone un alto grado de responsabilidad, de compromiso, una elección consciente de querer adentrarnos en ese otro lado y un ejercicio de valentía personal.

“La verdad jamás daña a una causa que es justa. Mahatma Gandhi (1869-1948) Político y pensador indio.”

Si no conocemos nuestra realidad, nuestra verdad, es mucho más sencillo buscar refugio en la culpa, siendo normalmente está culpa dirigida hacia otros, ya que nos resulta mucho más sencillo y en cierto modo más gratificante para ese comportamiento inconsciente que mueve los hilos sin que nos demos cuenta.

William Schutz definía la verdad como el gran simplificador de las relaciones humanas, pero la verdad supone un alto compromiso, que en muchos casos no queremos implantar como la solución a muchos problemas, por ello, dejamos que la mentira actúe y nos escondemos tras ella ofreciendo una imagen y un comportamiento hacia los demás e incluso hacia nosotros que no es real, pero que nos mantiene en nuestra zona de confort y claro, en la zona de confort se vive muy tranquilo, aunque los resultados no sean los óptimos.

elemento humano

Dicho todo lo anterior, podemos plantearnos una pregunta, ¿me gusta vivir en un mundo donde todos estamos en nuestra zona de confort? No parece, a priori, demasiado agradable, al menos demasiado real y sobre todo ¿hasta qué punto podremos parar el murmullo interior que surge cuando nuestro comportamiento no coincide con lo que realmente somos? con lo que realmente queremos, pensamos, sentimos… nuestro yo real.

 

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